Sánchez rechazó un plan del Ejército para reforzar Ceuta y Melilla en plena crisis con Marruecos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo sobre la mesa de su despacho en Moncloa una propuesta para reforzar militarmente Ceuta y Melilla como respuesta al asalto masivo a la frontera ceutí. Un plan que contemplaba un despliegue rápido, temporal y de baja intensidad en Ceuta, cuyo objetivo más que defender la ciudad autónoma era enviar «un mensaje» a Rabat sobre la firmeza de la respuesta española. Moncloa lo desechó al considerar que no ayuda a «distender» la situación.
Las Fuerzas Armadas españolas fueron parte de la respuesta al desafío diplomático planteado por Marruecos en forma de invasión a Ceuta. Lo hicieron desplegándose en la propia playa de El Tarajal, epicentro del caos vivido los pasados días 17 y 18 de mayo. Sin embargo, según fuentes militares a las que ha tenido acceso OKDIARIO, su papel pudo ser aún mayor.
En pleno caos, el Gobierno de Pedro Sánchez reunió a una serie de altos cargos para diseñar el plan de reacción de España al pulso de Rabat. Y entre quienes formaban parte de esa célula de crisis, como no podría ser de otra forma, estaba el Ministerio de Defensa.
Según las fuentes consultadas, el departamento que dirige Margarita Robles «canalizó» esos días hacia Moncloa una propuesta planteada por el Estado Mayor de la Defensa. Un plan que pasaba por reforzar militarmente Ceuta y Melilla (sobre todo la primera) de forma urgente y temporal.
Enviar a la Legión
La estrategia planteada buscaba enviar efectivos militares desde la Península hasta las plazas africanas. Provendrían principalmente, explican las fuentes consultadas, de las filas de la Legión. Concretamente, desde la Brigada ‘Rey Alfonso XIII’ II del cuerpo legionario, con sede en la base de Viator (Almería) y de la Bandera de Operaciones Especiales de la Legión (BOEL). Alrededor de un centenar de efectivos en suma.
La propuesta de despliegue, ya lista y que ejecutaría el Mando de Operaciones, contaba con enviar estos efectivos a Ceuta y Melilla bajo el pretexto de «unos ejercicios militares rutinarios» conjuntos con la unidad de la Legión que tiene sede en Ceuta. Unas maniobras de las que se diría que estaban previstas con anterioridad a la crisis, de forma que la opinión pública no lo relacionase con los acontecimientos del momento.
La presencia de esas fuerzas en las ciudades autónomas, sin embargo, no pasaría desapercibida para Marruecos. Era, en síntesis, un «mensaje» discreto dirigido a Rabat sobre hasta qué punto se tomaba España en serio la defensa de Ceuta y Melilla. El despliegue se replegaría de vuelta a la Península una vez apaciguada la crisis.
Sánchez y Redondo lo desecharon
El plan no caló en Moncloa. Los asesores del presidente Sánchez advirtieron que esa presencia no serviría para «distender» la situación, y que esa era la fase a la que debía encaminarse la crisis según el Gabinete de Sánchez.
Eso sí, Moncloa pidió a Defensa información concreta sobre si Marruecos había realizado algún movimiento militar significativo en los días previos o posteriores a la crisis. La respuesta que obtuvo fue negativa: todo tranquilo en las bases marroquíes.
Acción de ‘zona gris’
Defensa, a través de los representantes de la cúpula de las Fuerzas Armadas, explicaron a Moncloa que todo cuanto estaba sucediendo no involucraría en ningún momento a las fuerzas militares marroquíes.
Lo que estaban viviendo esos días era, explicaron, lo que en el argot militar se conoce como una acción de ‘zona gris’, un desafío entre estados a alto nivel pero sin intención de llegar a cruzar la frontera del conflicto armado. En resumen, que las ‘armas’ de Marruecos en esa ‘guerra’ habían sido los más de 10.000 marroquíes que habían entrado en el territorio ceutí. Finalmente, Moncloa dejó la acción principal de respuesta en manos del Ministerio de Exteriores. Desde el Gobierno «no se volvió a requerir nada más del Estado Mayor», concluyen a OKDIARIO las fuentes consultadas.
En cambio, en días posteriores si se vieron algunos movimientos que, a un lado y a otro de la frontera, se han entendido como un guiño a la situación de tensión en la que viven inmersa España y Marruecos. Por ejemplo, el vídeo difundido por la Armada en el que muestra cómo pertrecha a los militares españoles del Peñón de Alhucemas, un territorio a 600 metros de la costa que reclama como propio Rabat.